martes, 6 de octubre de 2015

Memorias de una gallina de Concha López Narváez

Memorias de una gallina

Texto: Concha López Narváez

Ilustraciones: Juan Ramón Alonso


Colección El Duende Verde

12,5 x 19 cm, 96 páginas

Rústica. + 8 años






Por José R. Cortés Criado.


Concha López Narváez nos presenta en este libro a una gallina muy especial, pues como ella escribe, las gallinas no son todas iguales; las hay listas y torpes, malhumoradas, gritonas, ambiciosas, tristes, asustadas…

La protagonista del cuento demuestra su carácter desde su nacimiento, no se amilana ante nada ni se limita a obedecer sin más; es atrevida, inteligente, participativa, animosa, alegre…

Esta protagonista refleja muy bien el carácter que han de tener las mujeres según la escritora, ya que ella siempre gustó de reflejar a sus heroínas como astutas, inteligentes, decididas y solidarias.

Carolina, pues así quiere llamarse la protagonista y no Clo-Clo como quiso su madre, va a demostrar tener muy buen corazón, a poner un poco de orden en el gallinero, a disfrutar de sus amigos y de los placeres de la vida sencilla y, también, va a saber pararles los pies a las gallinas que abusan de las débiles y viejas o a los galanes creídos.

Sus diálogos y apreciaciones sobre la vida cotidiana en el gallinero y las tareas que han de desarrollar son muy originales, pero siempre muy razonadas según su lógica.

Carolina cuenta la historia en orden cronológico desde su nacimiento y el de sus hermanos, pasando por el lugar donde viven, las lecciones que les imparte su madre, las obligaciones que se les pide a las gallinas y a los gallos, la tristeza que siente por su débil hermano Picofino, la aparición de un gallo presuntuoso en el corral y la amistad que le une con el perro de la granja.

Sin duda este libro es un gran acierto de Cocha López Narváez, ya que viene editándose desde 1989 y sigue despertando el mismo interés en los pequeños lectores, que se divierten con las ocurrencias de Carolina y se sienten identificados con ella.

Los lectores adultos comprendemos estupendamente a la protagonista y sonreímos con sus ocurrencias y soluciones, pues más de uno se siente identificado en algunos de los valores que encarna.




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