jueves, 3 de marzo de 2016

Las dudas de María Lince de Fátima de la Jara

Las dudas de María Lince

Texto: Fátima de la Jara

Ilustraciones: Gerardo 

Domínguez


Colección Entre Nubes

210 x 210 mm, 40 páginas

Cartoné, (+ 6 años)

2016



Por José R. Cortés Criado.

Cierto día estaba pintando la facha de su casa preparándose para el invierno, cuando su amiga Leonarda, de gran melena roja, acudió loca de contenta porque había ganado el concurso de pintura.

María Lince es una buena amiga, siempre dispuesta a echar una mano a los demás, dar ideas o sugerir soluciones a cualquier problema; haciendo alarde de su apellido, sabía si una comida estaba en buen estado o no, e incluso si iba a llover cuando estaban de paseo.

A María Lince aquello no le sentó muy bien, porque además, Leonarda había ganado hacía dos meses el premio a la mejor poesía; siete meses que se hizo con el premio a la tarta más original y un año que ganó el premio al disfraz más divertido.

Así que aunque Leonarda quería celebrarlo con su amiga, esta se buscaba obligaciones: pintar, planchar, ordenar… para esquivarla.

Cierto día que tenía los ánimos por los suelos se desplazó a la otra punta del pueblo y escuchó que su vecino Pascal consiguió la medalla de oro por su investigación sobre las hormigas.
Entristecida se sentó sobre el muro del puente que unía las dos mitades del pueblo, Cabezón de los Montes, sopesando su vida, hasta que su vecina Sandra acudió junto a ella pensando que algo no iba bien al verla allí tan cabizbaja.

Sandra buscó a Leonarda y ambas fueron a parlamentar con María. Esta estaba triste porque su amiga e incluso Pascal ganaban premios menos ella, y se consideraba una persona insulsa.

Leonarda le hizo ver que sin su ayuda nunca habría conseguido ninguno de sus premios, ya que María fue la que le hizo ver los colores de la naturaleza para poder plasmarlo sobre un lienzo; la que supo mezclar los ingredientes de una tarta a la que Leonarda solo le dio forma; la que le indicó las pistas para encontrar las palabras justas para su poesía, y la que le enseñó qué hacía reír a los niños para confeccionar el disfraz.

Cuando María recapacitó, todo cambió entre ellas y lo celebraron en el restaurante El Cabezón.

Acabada la historia hay una página que bajo el título “Aviso para navegantes” aclara a los lectores que nuestro cerebro alberga capacidades que no todos los seres humanos desarrollamos por igual. Y eso nos hace especiales y diferentes a los demás.

Y se comenta que Leonarda es una persona creativa; María es intuitiva, Pascal es lógico y Sandra es sabia.

La siguiente página recoge cuatro preguntas directas sobre la lectura.
Otra página recoge tres preguntas sobre concursos y la última pide al lector buscar nombres divertidos de pueblos de España.

Una historia para reflexionar sobre la aptitud de cada persona, la generosidad, el aprecio, y la valentía de saber pedir ayuda a los amigos cuando pasamos un mal bache.
Sin duda, los cuatro títulos publicados en esta colección de la editorial Anaya, Entre nubes, servirán para pensar y abrir nuevas perspectivas en la convivencia diaria de los pequeños lectores. Necesitados de modelos de vida a seguir.

La gracia y el ingenio del texto de Fátima de la Jara se ven acompañados por las ilustraciones mágicas de Gerardo Domínguez, que crea bellas metáforas a partir del texto.

Muy llamativo es el aspecto del pueblo dado su nombre; las cuatro viviendas que reflejan el perfil humano de sus propietarios y el aspecto de cada uno de sus protagonistas.

A la fuerza del color se unen detalles realistas y otros fantásticos para cada una de las ilustraciones de este libro.  


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