domingo, 20 de diciembre de 2015

La isla del poeta de Jordi Sierra i Fabra

Jordi Sierra i Fabra


Colección Las Tres Edades.

Cartoné, 184 páginas

14 x 21,5 cm

2009. (12 años)







Por José R. Cortés Criado,


La isla del poeta
 es una obra sentida, escrita con fuerza, donde la acción no se desarrolla a la velocidad de vértigo, cambiando de escenario, hilándose los hechos unos a otros de formar imparable hasta llegar al desenlace, no, aquí la acción es un duelo verbal, transcurre en muy poco tiempo y en un espacio muy concreto.

Una nueva obra de Sierra i Fabra, donde el autor enfrenta a dos personajes: una chica joven de diecinueve años y un señor de sesenta y siete, ella con unas grandes ganas de enfrentarse al mundo y él, con ganas de vivir aislado de la sociedad. Ella es joven y tiene unos deseos enormes de conocer al poeta al que le debe su existencia, se siente en deuda con él porque con quince años se debía someter a una operación delicada y no se sentía con ganas de vivir; después de la lectura de un libro de poemas de Isaac Estruch su vida cambió, tras la operación leyó los otros dos libros publicados por el poeta y su existencia tomó un nuevo rumbo, quería escribir y conocer a su “salvador”.

La protagonista tuvo que esperar a ser mayor de edad y reunir el dinero suficiente para poder viajar hasta Cartagena de Indias y de ahí a la isla donde el poeta ermitaño vive apartado de la sociedad. Un ser huraño, que rehúye la convivencia con los demás, y considera a Isa una intrusa, una fan loca o una periodista que busca darle publicidad a su forma de vida.

Si no llega a ser por la gran tormenta que se desata esa noche, la joven habría regresado a Barcelona sin hablar con su ídolo. La conversación entre ambos personajes les marcará la vida, la de ella, porque conocerá mejor al poeta que tanto admira y la de él, porque lo hará reflexionará sobre su existencia actual y su obra.

El poeta renunció al éxito y a vivir cómodamente, decidió retirarse a una isla solitaria donde la vida se desarrolla a un ritmo más pausado para poder mitigar su consagración como escritor, porque considera que ya publicó todo lo que debía escribir en su vida.

La joven quiere consagrase como poeta, su ídolo le dice que escribe mal y que hasta que no lo haga con la pasión necesaria, con desgarro del alma, no logrará escribir bien, para ello deberá meter el mundo en tres versos.

Tras el duelo dialéctico y el choque entre sentimientos e impulsos, ambos se sintieron aliviados, se habían mostrado sus respectivas almas. Isa piensa que Isaac no es una persona normal, si lo hubiese sido no habría escrito esas poesías que le salvaron la vida. De la soledad del escritor, de la pasión por escribir, del dolor de la escritura, del sufrimiento íntimo y del amor hacia la poesía es de lo que le habla el poeta a lo largo de la noche; durante ese duelo verbal irá desgranando su código moral, su afán de superación en busca de la obra perfecta, e Isa aprenderá más de ello que de mil lecciones o consejos.

Sierra i Fabra no muestra un personaje que dé normas ni que intente enseñar a la joven lo que debe hacer en la vida, sólo presenta a una persona que, a través de sus palabras, deja traslucir sus ideas. Esta referencia a un adulto, que con su experiencia muestra un modelo de vida acorde con sus ideas y consecuente con sus actos, es un personaje que aparece en más de un título de Sierra i Fabra, así se puede encontrar al hombre mayor y sabio enLas alas del solDormido sobre los espejos o Frontera.

En la novela también hay guiños a diferentes aspectos de la vida: uno dirigido al español hablado en Sudamérica, deja constancia del habla colombiana y de que el mejor castellano no ha de ser el que se hable en España. Otro dirigido a poetas como Kavafis, Machado, Keats, Wilde, Dylan (Thomas y Bob), Joyce. Al nombrar a Bob Dylan, recuerda algunos de sus éxitos, y le da pie para referirse a la música, una gran pasión de Sierra i Fabra. El cine, otra pasión del escritor, aparece citado con la película El manantial, con Gary Cooper y Patricia Neal como protagonistas y dirigida por King Vidor, como ejemplo de canto a la libertad y a la independencia de la creatividad.

Además hay una nota que recuerda al padre de Sierra i Fabra; cuando refiere que el progenitor de la joven le dice que de la poesía no va a comer, que se dedique a otra cosa, idea que siempre le expresó su padre a él. Podría comentar también que la sensación de rabia que presenta la joven ante la vida y esos enormes deseos de alcanzar su meta, ya los presentó Sierra i Fabra en otros personajes, quedando muy claro en su novela Rabia, por ejemplo.

Otro detalle que me llama la atención, es que Sierra i Fabra ponga en boca de su personaje que “Nadie deberá conocer al autor de su libro, canción, poema o cuadro favorito”, cuando él es un escritor que acude a cientos de encuentros con sus lectores todos los años.

Para cerrar, comentar que es un libro donde se respira poesía, ganas de escribir y deseos de ser uno mismo al margen de modas y como dice el personaje Isaac Estruch: “Los poetas crean castillos en el aire, los locos los habitan, los psiquiatras cobran el alquiler”.

Sierra i Fabra, en su capítulo de agradecimientos deja constancia de que esta novela está inspirada en la relación de la poetisa española Clara Janés y el poeta checo Vladimir Holan; y dice en qué libros publicó los haikus y algunos de los poemas que aparecen en éste.

La isla del poeta es una buena novela, donde las experiencias personales del autor cobran fuerza y envía un mensaje claro a sus lectores: la perseverancia hará que la joven protagonista consiga alcanzar la meta propuesta.
Una nueva obra de Sierra i Fabra, donde el autor enfrenta a dos personajes: una chica joven de diecinueve años y un señor de sesenta y siete, ella con unas grandes ganas de enfrentarse al mundo y él, con ganas de vivir aislado de la sociedad. Ella es joven y tiene unos deseos enormes de conocer al poeta al que le debe su existencia, se siente en deuda con él porque con quince años se debía someter a una operación delicada y no se sentía con ganas de vivir; después de la lectura de un libro de poemas de Isaac Estruch su vida cambió, tras la operación leyó los otros dos libros publicados por el poeta y su existencia tomó un nuevo rumbo, quería escribir y conocer a su “salvador”.

La protagonista tuvo que esperar a ser mayor de edad y reunir el dinero suficiente para poder viajar hasta Cartagena de Indias y de ahí a la isla donde el poeta ermitaño vive apartado de la sociedad. Un ser huraño, que rehúye la convivencia con los demás, y considera a Isa una intrusa, una fan loca o una periodista que busca darle publicidad a su forma de vida.

Si no llega a ser por la gran tormenta que se desata esa noche, la joven habría regresado a Barcelona sin hablar con su ídolo. La conversación entre ambos personajes les marcará la vida, la de ella, porque conocerá mejor al poeta que tanto admira y la de él, porque lo hará reflexionará sobre su existencia actual y su obra.

El poeta renunció al éxito y a vivir cómodamente, decidió retirarse a una isla solitaria donde la vida se desarrolla a un ritmo más pausado para poder mitigar su consagración como escritor, porque considera que ya publicó todo lo que debía escribir en su vida.

La joven quiere consagrase como poeta, su ídolo le dice que escribe mal y que hasta que no lo haga con la pasión necesaria, con desgarro del alma, no logrará escribir bien, para ello deberá meter el mundo en tres versos.

Tras el duelo dialéctico y el choque entre sentimientos e impulsos, ambos se sintieron aliviados, se habían mostrado sus respectivas almas. Isa piensa que Isaac no es una persona normal, si lo hubiese sido no habría escrito esas poesías que le salvaron la vida. De la soledad del escritor, de la pasión por escribir, del dolor de la escritura, del sufrimiento íntimo y del amor hacia la poesía es de lo que le habla el poeta a lo largo de la noche; durante ese duelo verbal irá desgranando su código moral, su afán de superación en busca de la obra perfecta, e Isa aprenderá más de ello que de mil lecciones o consejos.

Sierra i Fabra no muestra un personaje que dé normas ni que intente enseñar a la joven lo que debe hacer en la vida, sólo presenta a una persona que, a través de sus palabras, deja traslucir sus ideas. Esta referencia a un adulto, que con su experiencia muestra un modelo de vida acorde con sus ideas y consecuente con sus actos, es un personaje que aparece en más de un título de Sierra i Fabra, así se puede encontrar al hombre mayor y sabio en Las alas del solDormido sobre los espejos o Frontera.

En la novela también hay guiños a diferentes aspectos de la vida: uno dirigido al español hablado en Sudamérica, deja constancia del habla colombiana y de que el mejor castellano no ha de ser el que se hable en España. Otro dirigido a poetas como Kavafis, Machado, Keats, Wilde, Dylan (Thomas y Bob), Joyce. Al nombrar a Bob Dylan, recuerda algunos de sus éxitos, y le da pie para referirse a la música, una gran pasión de Sierra i Fabra. El cine, otra pasión del escritor, aparece citado con la película El manantial, con Gary Cooper y Patricia Neal como protagonistas y dirigida por King Vidor, como ejemplo de canto a la libertad y a la independencia de la creatividad.

Además hay una nota que recuerda al padre de Sierra i Fabra; cuando refiere que el progenitor de la joven le dice que de la poesía no va a comer, que se dedique a otra cosa, idea que siempre le expresó su padre a él. Podría comentar también que la sensación de rabia que presenta la joven ante la vida y esos enormes deseos de alcanzar su meta, ya los presentó Sierra i Fabra en otros personajes, quedando muy claro en su novela Rabia, por ejemplo.

Otro detalle que me llama la atención, es que Sierra i Fabra ponga en boca de su personaje que “Nadie deberá conocer al autor de su libro, canción, poema o cuadro favorito”, cuando él es un escritor que acude a cientos de encuentros con sus lectores todos los años.

Para cerrar, comentar que es un libro donde se respira poesía, ganas de escribir y deseos de ser uno mismo al margen de modas y como dice el personaje Isaac Estruch: “Los poetas crean castillos en el aire, los locos los habitan, los psiquiatras cobran el alquiler”.

Sierra i Fabra, en su capítulo de agradecimientos deja constancia de que esta novela está inspirada en la relación de la poetisa española Clara Janés y el poeta checo Vladimir Holan; y dice en qué libros publicó los haikus y algunos de los poemas que aparecen en éste.

La isla del poeta es una buena novela, donde las experiencias personales del autor cobran fuerza y envía un mensaje claro a sus lectores: la perseverancia hará que la joven protagonista consiga alcanzar la meta propuesta.

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